«Una virgen concebirá y dará a luz un hijo y llamarás su nombre Emanuel (que traducido es: “Dios con nosotros”)»
Mateo 1:23

Precisamente eso es Jesús: «Dios con nosotros». Este Emanuel, este «Dios con nosotros», es la respuesta divina al ser humano caído y pecador. Dios con nosotros, es Dios descendiendo a lo que somos y adonde estamos, para recibir en nuestro lugar el castigo que nosotros merecemos, a fin de otorgamos la dicha que no merecemos. «Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros seamos justicia de Dios en él». (2 Corintios 5:21, RV95). Entonces lo primero que podemos decir es que este Emanuel se hizo carne y se identificó con nosotros. Juan 1:14- lo expresa diciendo “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”. El Aposto Pablo también afirma en 1 Timoteo 3:16 “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios se ha manifestado en carne”. Que maravillosa verdad es el hecho que nuestro Dios tomara forma humana para estar entre nosotros y ser nuestro Emanuel.

En segundo lugar este Emanuel abre su corazón a los hombres. El mismo se hizo cargo de nuestras maldades y pecados porque nos amó y nos amó primero. En 1 Juan 4:10 encontramos “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados”. ¡Es sorprendente cuando pensamos en el amor que Dios mostró al venir hasta nosotros para salvar a los pecadores! Somos una raza caída. Somos un pueblo esclavizado en el pecado. Estamos bajo el poder de Satanás. Pero Dios vino a nosotros, en Jesús, para liberarnos. Tenemos esperanza porque “Dios con nosotros” – ¡por causa de Jesús, nuestro Emanuel!

Y en tercer lugar este Emanuel nos invita a compartir con Él para siempre. Esta es una verdad conmovedora. En Mateo 28:20 Jesús nos asegura que “estará con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Emanuel es Dios con nosotros en las pruebas, en las luchas, en las decepciones, en en los reveses y fracasos de la vida. Emanuel es Dios con nosotros en las tristezas, en las depresiones, en nuestros incomprensibles y fluctuantes cambios de ánimo. Emanuel es Dios con nosotros en el dolor, en la enfermedad, y en cada valle de sombra y de muerte. Emanuel es asimismo Dios con nosotros en el tiempo de angustia y en el día del juicio. En toda circunstancia, en todo momento y en todo lugar, Emanuel es Dios con nosotros, ¡Dios conmigo!, ¡Dios contigo! Que El conceda hoy su bendición. ¡Feliz Navidad!

Pr. Samuel Enciso